La poeta Mariela Cordero, nuestra colaboradora, esta semana nos presenta tres poemas de Oriette D’Angelo (Venezuela). Nació en Caracas en 1990. Es escritora, artista visual y académica. Actualmente estudia el PhD en Español de la Universidad de Iowa, donde también cursó el MFA de Escritura Creativa en español. Fundadora y editora de la revista y editorial digital Digopalabra Ediciones y del proyecto de investigación y difusión #PoetasVenezolanas. Autora de los libros: A tu cuerpo (2025); En mi boca se abrirá la noche (2023); Pájaro que muerde. Diario de Iowa, 2018-2019 (2022); y Cardiopatías (2016); Premio para Obras de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores, 2014; traducido al inglés por Lupita Eyde-Tucker como Homeland of Swarms (co.im.press, 2024). Recientemente fue finalista del Paz Prize for Poetry (2024) y recibió una mención honorífica en el Premio Internacional de Poesía en Paralelo Cero (2024) por su libro inédito A través del ruido, próximo a publicar en la editorial Buenos Aires Poetry.
Inanición
Uno tiene que enderezarse la decencia
dejar de rogar por ladridos ajenos
entender que hay personas que siguen
otras que no.
Revisar fotos viejas:
fórmula segura para sufrir
llorar de hambre
morir de inanición
por tanto cariño fracturado.
Reventarse los dientes
con mariposas hechas de barro.
Portarse bien es no insistir
en lo que duele.
Instinto
No quiero tener hijos.
Sé desde temprano
que no estoy hecha para la guerra.
Sin diagnóstico sé
que no lo quiero
mi vientre ya alberga futuros suicidios
pedazos de almas que nunca
seres concebidos desde lo imposible.
No quiero panza ensanchada
ni tres kilómetros de sangre
ni llanto ni grito
dependencia.
Mi único instinto maternal
es la negación.
Todos piden cosas de mí
Me piden que sea un cuerpo.
Me piden que sea esto suficiente de aquello como aquello
pero nunca como eso.
Quieren que escriba poesía
poesía solemne como la de Cavafy cuando salió de Ítaca.
Que produzca incontables ensayos académicos
citando a Benjamin y cuestionando a Butler.
Que gane dinero suficiente
para alimentar bien a mi gato.
Quieren que coma saludable
que no engorde.
Yo del cuerpo de mi gato nadie dice nada.
Quieren siempre hablar de mi peso.
Me piden que sea un cuerpo
religioso que saque tiempo para ir a misa y persignarme
cuerpo obediente que no cite al demonio en vano.
La gente quiere
que no hable sobre estar deprimida
que hable sobre estar deprimida
que no diga en voz alta la palabra lorazepam o sobredosis
calladita mejor para que la muerte llegue lento.
Que esté al día con las novedades literarias
y que también haya releído a Proust.
Quieren que opine de política exterior
y sobre todo que no me olvide de mi compromiso con el país
que me negó un pasaporte.
Que no critique a los amigos que piden que otras solo sean cuerpos.
Que los tolere.
Que los eduque.
Que les explique por qué duele
ser mujer a su lado.
Me piden que mantenga feliz a mi marido.
Digo que ya no es mi marido.
Me piden que cuente en Facebook la razón de mi divorcio.
Quieren que salga con gente que conozca en Tinder
con hombres y mujeres que conozca en Tinder
no importa
pero que busque rápido al sustituto de mis penas.
Todos piden cosas de mí.
Quieren que presente libros que bautice libros que lea poemas de libros infinitos.
Que escuche y aplauda a todos los escritores de mi generación
y también a los que vinieron antes
y también a los que vinieron antes que pisaron a los de antes
y también a los que vinieron antes que pisaron a las de antes
que silenciaron a las de antes.
Quieren que este poema no exista.
Que la razón de este poema no exista.
Todos piden cosas de mí.
Y sin embargo
también escogen voltear el rostro
cada vez que se suicida un ángel.
Poemas del libro A través del ruido (Buenos Aires Poetry, 2025), de próxima publicación.
Maravilla!... Y lloré con el segundo.
ResponderBorrar