La poeta Mariela Cordero, nuestra colaboradora, esta semana nos presenta dos poemas de Liliana Quinto Laguna (Perú). Ella nació en Puno. Es periodista, poeta, escritora, fotógrafa y gestora cultural. Es directora en Perú del World Festival Of Poetry - Festival Mundial de PoesíaRealizó la convocatoria y edición de la Antología: En contra de la Violencia de la Mujer, con la presencia de representantes de 25 países del mundo. Recibió el Reconocimiento de la Unión Mundial de Escritores con EL ESCUDO DE PLATA, por su trabajo distinguido a favor de la Cultura, Arte y Poesía. Ha participado en Recitales y lecturas poéticas, su poesía se encuentra en Antologías de Italia, India, México, España, México, Francia, Perú y otros países. El Congreso de la República del Perú le otorgó un Reconocimiento por su trayectoria cultural y labor literaria. Así como el Ministerio de cultura, la Región y la Municipalidad de Puno. Es parte de fotógrafos del Mundo.
Sin aprisionar tu voz
Dormir de a poco
dejar de respirar
cuatro minutos
cuando todo queda en
nada
el silencio negro
traza vacío en
siluetas,
suspiros dan la espalda
a la clara visión de la
noche
el sol fiscaliza
miradas
opaca emociones
absorbe alegrías,
canaliza sonrisas náufragas
envueltas en lágrimas
nuevas.
Dejar de suspirar
es empezar a crear
nuevos mundos
visitar islas y monologar,
jugar con peces y duendes
polemizar con recuerdos
de sirenas
con arena en los ojos
ahuyentando misterios
llenando espacios de
tambores
anunciando hasta nuncas
que se asfixian en
oscuridad,
en espinas sin rosas
latiendo
en
audios verticales,
es nacer en vértigo y
vacío,
es empezar a escribir
historias
en páginas blancas de
olvido
es tristeza distraída
que adormece ideales
con raíz,
es no ver jamás tus
ojos conmigo
es irme sin aprisionar
tu voz.
La
rosa que sembraste en otro libro
Tu aroma se aspira en
el corazón
de todas las emociones de árboles
aferradas a frutos de ilusiones
siembra
huellas, deja semillas
de nuevas historias en la noche.
Deja
un poco de ti,
quizá
tu nombre sin apellidos
o
deja tu libertad, envuelta
en sonrisas,
deja tus ojos repletos de misterios
donde
se guarecen paisajes y esperanzas
deja
las oraciones al Dios que sigues,
tus
pasos envueltos en zapatos de arena,
tu voz envuélvela en cofres de coral
y dame la llave para
escucharte cada tarde
para pensar que no fuiste pesadilla
en la rosa que sembraste en otro libro.