Presentamos una selección de poemas de Hussein Habasch, poeta de Kurdistán, nació en 1970 en Afrin. Actualmente vive en Alemania. Muchos de sus textos han sido traducidos a otras lenguas como el inglés, el alemán, el español, el francés, el chino, el uzbeko, el albanés, el persa, el italiano, el serbio, el macedonio, el búlgaro, el portugués, el húngaro, el esloveno, el turco, el polaco, el lituano, el vietnamita, el nepalí, el hindi, el malayalam, el kannada, el tayiko, el bengalí, el bereber (amazigh), el bosnio, el griego, el mandarín (el idioma de Taiwán), tzotzil (el idioma de los pueblos mayas de México), el ruso y el rumano.
Entre sus publicaciones se destacan: Ahogar en las rosas (2002), Huir a través del río Evros (2004), Elevado como el deseo y apetecible como la cintura de una gacela (2007), Delirios a Salim Barakat (2009), Ángel volador (2013), Ángel volador, en inglés (2015) y No Pasarán, en español, el libro publicado por el Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico 2016. Árboles borrachos, en rumano, Bucarest 2017. Dos árboles, en español, el libro publicado por el Festival Internacional de Poesía en El Salvador 2017. Tiempos de Guerra, en español, el libro publicado por el Festival Internacional de Poesía en Costa Rica 2017. La fiebre del membrillo, Ediciones Sarsara, Berlín 2019. Paz para Afrín, paz para Kurdistán, Antología Poética Internacional en inglés y en español, Ediciones Sarsara Berlín 2019. La nieve roja, libro de poemas en chino, Taiwán 2019. Árboles ebrios, libro de poemas en kurdo, Editorial Sarsara, Berlín 2020. Muertos discutiendo en los pasillos, en árabe, Publicaciones Casa de los Darvishes, Bulgaria 2021. Aburrimiento de una estatua cansada, libro de poemas en kurdo, Editorial Sarsara, Berlín 2021. Olvido, en español, el libro publicado por el Festival Internacional de Poesía en Costa Rica 2022.
Ha recibido reconocimientos como el Premio Gran Poeta Kurdo Hamid Badirkhan, otorgado por la Unión General de Escritores y Periodistas Kurdos; el Premio Internacional de Poesía “Bosnian Stećak”, otorgado por la Unión de Escritores de Bosnia y Herzegovina; y el Premio de Poesía de Bronce Aristóteles, del Festival Internacional de Poesía de Naoussa en Grecia.
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DESILUSIÓN
No tengo patria para dibujar sobre sus paredes
con una tiza de la infancia: ¡Que viva!
No tengo patria que haya que aguantar cada mañana
tomando mi taza de café,
mientras me broncea el sol.
No tengo patria que me otorgue su aliento
y yo le otorgue el mío.
Seré el travieso, el malévolo, el rebelde y el arduo
y seré el sabio, el intuitivo, el piadoso y el de gran
corazón.
No tengo patria para escribir
sobre el cobre de una de sus casas:
bienvenidos amigos,
esta es la casa de Hussein Habasch.
No tengo patria donde me emborrache en sus
tabernas
hasta el último aliento de la noche,
vagabundeando en sus caminos.
Donde mi corazón sea su terreno,
me abrigue y la abrigue
la escuche y me escuche
como buenos amigos.
Pero no tengo patria…
Traducción de Abdulhadi Sadoun
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UNA FLOR A LA VIDA
Nuestra demencia nos lleva a dibujar
Nuestra demencia nos lleva a escribir
Nuestra demencia nos lleva a ordenar cada día,
una flor para la vida
Nuestra demencia nunca ganará, amor
Su demencia los lleva a pelear
Su demencia los lleva a matar
Su demencia los lleva a tirar cada día
una bala al corazón de la vida
Su demencia ganará, amor
Perderemos, amor,
Yo sé.
Ellos ganarán.
Tú lo sabes
Sin embargo,
Dibujaremos, escribiremos y le daremos cada día
una flor a la vida.
Traducción de Ghadeer Abu-sneineh
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MANADA DE CIERVOS MUEREN DE SED
Dejamos a nuestras espaldas una manada de ciervos muertos de sed.
Inventamos cuentos,
volteamos las caras a los exilios lejanos detrás de
los mares,
olimos la alienación que se familiarizó con
nosotros,
olvidamos las flores de nuestro primer amor, allá,
en los orificios de los árboles,
y ya no recordamos los tendederos que extrañan nuestras ropas,
ya no repetimos la cariñosa palabra "Madre".
Nos resecamos,
saquearon nuestras fuentes
en las mesas de la jurisdicción,
nos dolieron las cartas,
no son cartas de familia o amigos,
ya no nos gusta el "buenos días",
ya no nos gustan los carteros:
Dejamos a nuestras espaldas una manada de
ciervos muertos de sed.
Nos tocó la herrumbre
y no advertimos que habíamos fallado en la mitad
de nuestra edad,
que descendemos a la ausencia y nuestras almas se mezclaron con el hambre y el vacío.
¿Algún día nos extrañarán los pájaros
que dejamos allá?
¿Extrañaremos la necedad de la infancia?
¿Extrañaremos nuestras familias y la imagen de la hermana mayor?
Ya no estoy seguro
Ya no sé de dónde viene esta pereza en nuestros
huesos
Ya no estoy seguro de nada
Porque dejamos detrás de nuestras espaldas,
una manada de ciervos que mueren de sed.
Traducción de Ghadeer Abu-sneineh
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POEMAS KURDOS TRISTES
Leo un triste poema kurdo
Ayer vi un pájaro
muerto en la calzada
Lo llevé suavemente en mi palma
que enrollé con la mano en forma de nido
Lo traje al cementerio
Lo enterré en una tumba pequeña
Hoy vi una rosa aplastada
Llevé sus pétalos arrancados suavemente
Los puse en la tumba del pájaro.
Probablemente, continuaré
leyendo los poemas tristes.
Traducción de Ghadeer Abu-sneineh
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