El vuelo de los pájaros, el florecimiento de los narcisos | Silvana Dimitrievska | Macedonia


 




En la sección de traducción de Mariela Cordero presentamos dos poemas de Silvana Dimitrievska (Macedonia). Filóloga y periodista. Es autora de la antología Ángeles con cinco alas, publicada en el marco de las veladas poéticas de Struga. Por su primer poemario, “Tú, que saliste de una canción”, ganó el prestigioso premio nacional “Aco Karamanov”. Es ganadora de numerosos premios y reconocimientos de poesía nacionales e internacionales. En 2023, fue declarada una de las galardonadas con el prestigioso premio mundial de poesía “Naji Naaman” y recibió el título de miembro honorario de la Academia de Cultura del mismo nombre en el Líbano. En 2023, ganó el tercer premio de poesía en el festival internacional de poesía “Tafil Kelmendi” en Kosovo. Hace unos meses, fue anunciada como una de las ganadoras del prestigioso Premio Académico Internacional de Literatura Contemporánea “Lucius Anaeus Seneca” de la Academia de Artes y Ciencias Filosóficas de Italia.


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Historia de la escritura poética

 

En nuestra familia

todas las mujeres escribían poesía.

Mi abuela solía crear hilos luminosos,

hilos de seda a partir de las gotas de leche materna

con

los que luego unía el día y

lo cosía a los párpados del recién nacido.

Esa sabia, conocía, por las viejas tradiciones,

que si el hilo se rompía el niño volaría,

porque sólo los niños conocen los secretos y los deseos de los sueños.

De cada gota, mi abuela hacía un nudo,

 y luego deshacía los hilos en versos

y los cantaba en lugar de una canción de cuna.

Mi madre, en cambio,

heredó todos los olores de la palabra.

Con abundante amor y palabras medidas

sazonaba cada pan amasado,

para que los ojos de los niños se abrieran con cada bocado

y pudieran ver

en él el vuelo de los pájaros, el florecimiento de los narcisos,

la dirección en que se mueven las estrellas

en el mapa de todas nuestras expectativas.

De cada palabra mi madre creaba leyendas,

y luego las envolvía en un paño de versos

para ocultar las huellas de la canción.

Y yo, yo en mis pensamientos, constantemente, en cada momento

creo un solo y único poema.

Puedo imaginarlo darle forma a partir de los sueños,

para que el mundo lo reconozca como una mitología personal.

En él recoger todo el pasado de la poesía.

Para hacerlo omnipotente y omnipresente, y que permanezca no escrito,

porque si alguna vez lo escribo, la historia la firmará

con - autor desconocido.

 

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Libertad

 

Mi hijo no me pertenece.

Pisotea los campos de trigo

que quemamos

llega a casa oliendo a pan,

la suave y cálida tranquilidad

se evapora de sus pasos,

donde voy recogiendo

las preocupaciones de ayer

y las guardo pulcramente dobladas para mañana.

Mi hijo.

Mi hijo no me pertenece.

Por la mañana recoge las estrellas

y las esconde en sus ojos, y

al atardecer las devuelve al cielo

 como deseos imaginarios.

Él. Mi hijo.

Me mira con esa mirada estrellada,

siempre sonriendo y

siempre agita la mano

antes de salir por la puerta

para ir a dar forma al mundo

al que yo no pertenezco.


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Traducción al español por Mariela Cordero


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