Presentamos una selección de poemas inéditos de Manuela Cecchetti, destacada autora de ensayos y poemas, ha ejado una huella significativa en el mundo literario. En 2019, publicó su primer libro, "La terra... un pianeta da amare," prologado por el obispo Erio Castellucci. En marzo de 2022, lanzó su ensayo "Il più grande essere umano del XX secolo," elogiado por notables como Mariella Enoc, Angela Ales Bello, Franco Cardini y Eric Noffke. Luego, en septiembre de 2022, sorprendió con su primer poemario, "Lampi Bagliori Diamanti," con Anna Santoliquido y Nazario Pardini como prefacio y epílogo, respectivamente. Su último poemario, "Crepuscoli d'aurora," prologado por Carmelo Consoli, llegó a las librerías en mayo de 2023. Además, sus obras han sido reconocidas en diversas antologías y concursos literarios, consolidando su posición como talentosa poeta y escritora.
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MATERNA SPONDA
La pace vera, la più profonda
si schiude in te
materna sponda
sazia d’onesto zelo
natura ardente di colore.
Custode immemore dei vespri
e delle aurore
la selva inoltra all’apice turchino
silenzi d’ascolto sacro,
vita che vivi
di gaudi e di travagli
sferri l’ausilio nei tornanti oscuri
lungo l’affabile imbrunire.
D’azzurre acque
s’espande l’orizzonte scarno,
oltre crinali argentei
si migra a mete rarefatte
ove un prodigio d’ombre
turba la cenere dei giorni.
Aquile e falchi sorvolano impazienti
pendici d’immote foglie
assorte in eteri speziati,
abbagli di candore
rifulgono su petali innevati.
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ESPONJA DE MATERNIDAD
La verdadera paz, la más profunda
se despliega en ti
orilla maternal
llena de celo honesto
naturaleza resplandeciente de color.
guardiana inmemorial de vísperas
y de auroras
el bosque hacia el vértice turquesa
silencios de sagrada escucha,
vida que vive
de miradas y afanes
azotan en las oscuras curvas de horquilla
a lo largo del crepúsculo afable.
De aguas azules
se expande el horizonte desnudo
más allá de las crestas plateadas
se emigra a destinos enrarecidos
donde un prodigio de sombras
perturba las cenizas de los días.
Águilas y halcones sobrevuelan impacientes
laderas de hojas inmóviles
absortos en éteres especiados,
deslumbramientos de blancura
brillan sobre pétalos nevados.
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TRA I CAPELLI
Fischia il libeccio
tra i bei capelli
bruna avvenenza
di liane vellutate,
calano sulla schiena
fili di seta grezza
la sera
rossa e castana
beccheggia vanità
su lame di cristallo.
Mosse dal vento
le ciocche perspicaci
spirano brezze di narciso,
arpeggi esaltano
la cara giovinezza
strisce di luna
sussurrano alle gote
sprazzi di cera.
(Inedito di Manuela Cecchetti)
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POR LA CABELLERA
El libeccio silba
por la hermosa cabellera
morena hermosura
de lianas aterciopeladas
por su espalda
hebras de seda cruda
la tarde
rojo y marrón
picotazos de vanidad
sobre hojas de cristal.
Movidos por el viento
los mechones perspicaces
soplan brisas de narciso
los arpegios exaltan
querida juventud
rayas de luna
susurran a las mejillas
destellos de cera.
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ADORO IL VENTO
Adoro il vento, il suo respiro occulto
quando leggero sfiora con premurosi soffi
ciocche sinuose di tramonto,
gioiscono le fronde con fremiti di lode.
L’osservo nel timore quando stizzito
grida a gran voce il suo lamento
nelle burrasche grigie di novembre,
spingendo al mare nembi affollati d’acque
possenti più del tuono;
l’inseguo oltre gli spazi diurni di strade ostili
ove il respiro è oppresso dalla fuliggine
d’un etere oltraggiato dall’incuria.
Ammiro il suo vagare nomade
tra i campi della terra in cerca d’oasi stellate,
a primavera ridesta l’aria
con profumosi moti di bonaccia.
D’attimi fausti, sugli orizzonti aperti delle alture,
l’abbraccio suo mi coglie prigioniera,
aliti freschi di vivenza carezzano di speme
il passo dei miei giorni.
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ADORO EL VIENTO
Adoro el viento, su aliento oculto
cuando roza levemente con alientos cuidadosos
sinuosos mechones del ocaso,
las frondas se regocijan con estremecimientos de alabanza.
Lo contemplo con asombro cuando estridentemente
grita fuerte su lamento
en los grises vendavales de noviembre,
arrojando al mar abarrotadas nubes de agua
más poderosas que el trueno;
lo persigo más allá de los espacios diurnos de las carreteras hostiles
donde el aliento es oprimido por el hollín
de un éter ultrajado por el abandono.
Admiro su deambular nómada
entre los campos de la tierra en busca de oasis estrellados,
en primavera despierta el aire
con perfumados movimientos de bonhomía.
De momentos propicios, en los horizontes abiertos de las alturas,
su abrazo me cautiva,
frescos alientos de vida acarician con esperanza
el paso de mis días.
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