Emily Lusete Rivera: una artista que encontró el camino hacia la ternura

Ser artista en nuestra querida Centroamérica, es uno de los oficios más difíciles, muchas veces porque esta labor tan noble es mal remunerada o porque simplemente nos tocó estar en el lugar, el momento y el tiempo que no esperábamos. Las razones pueden ser muchas, pero ante eso es también destacable la labor que hacen aquellos que se asumen desde temprana edad y deciden ser artistas, difusores de luz y bellas imágenes. Este es el caso de la jóven hondureña Emily Lusete Alvarado Rivera. Ella nace el 21 de mayo del año 2000 en Tegucigalpa, Honduras. Es estudiante de la carrera de Nutrición de la UNAH. Se podría decir que su interés hacia las artes comenzó desde pequeña, siempre le ha gustado cantar o simplemente tararear melodías inventadas, con el dibujo comenzó más tarde, siempre le ha gustado la pintura, así que solo fue cuestión de tiempo para empezar.

Antes de hacer un dibujo le gusta buscar imágenes de referencia, hace un boceto de lo que podría dibujar para después proceder a pintar, aunque a veces dibuja cosas en concreto que simplemente se imagina, pero eso depende del día, aunque admite que tiene un gusto especial por los árboles, razón por la que muchos de sus dibujos cuentan con uno, como elemento principal o varios como fondo. Se considera una acuarelista pues es la técnica que más domina y ejecuta.

 

Decidió ser artista porque le gustaba la idea de poder disfrutar de esas cosas y, a la vez relajarse, siente que es la mejor forma de expresarse. Ha participado en tres exposiciones de pintura, particularmente con acuarelas. Una en Venecia, Italia, en el 2019, otra para los estudiantes del Centro Universitario Regional del Centro en Comayagua CURC de la UNAH y otra con la Galería de Arte Lamat 2021. Su trabajo ha sido publicado en revistas virtuales y plataformas digitales. También ha participado en diferentes eventos culturales en el país con el canto, pues la música es otra de sus áreas favoritas.

Me resta decir que, la artista retrata con rotunda belleza su trabajo artístico. Algo que a mí parecer es digno de apreciar y admirar, porque a su corta edad ha demostrado que no hay límites para trabajar en el arte y dedicar algunas pinceladas de ternura a su obra, que desde ya empieza a recorrer el mundo y dejar su huella, algo que estoy seguro será por mucho tiempo.