Viene hacia mí
como una ofrenda dejada
en la boca
del infierno.
Bienaventurado
se disuelve
en un salmo de fuego.
Ahora
y en la hora de mi muerte.
Nunca lo dije
estaba excitada.
—¡Mira mamá!
no recibo respuesta.
Alguien señala
el cadáver
de un animal.
—Volverá a crecer
les digo mientras tomo el cuerpo
y lo entierro.
Excava
arriba
hay un salto esperándote.
Excava
cicatriz tras cicatriz.
Excava
arranca
tu linaje lame
el reverso de tu piel.
Excava.
Descienden
mis pecados
como cabezas
de fósiles.
Caen
a las profundidades
y lanzan dentelladas.
En mi pecho un animal
que relincha
se desprende
toca
fondo
nace.
Volver
al zumbido
negro
al óxido en la espuma.
Volver
al fuego de la lengua
y a los dientes
y al sexo
y a la sangre
y a la asfixia.
Por las noches un animal
busca
azufre
y se unge el cuerpo.
Repite esta plegaria:
otro mártir otro milagro
otro mártir
y otro milagro.
Así sea.
Abre
tu sombra
en la trayectoria del estallido.
Camina
trágate el gris
que supuran tus cuerdas.
Detente
perfora otra carne
para hacer un tragaluz.
Espera
la presa se desangra
dentro.
Frente a mi ventana
hay un hombre que se asoma
clava el brazo en su costilla.
Saca su brazo
y lo hunde
saca su brazo
y lo observo
saca su brazo
y cierro
la ventana.
Un animal me mordió.
La calle
un ruedo
donde se me desprendió la carne
y por primera vez
conocí la belleza y la
miseria.
Me pregunto:
¿dios es un animal?
Viene la noche
manada
que galopa herida
y desgarra
sus tendones.
Viene el día
el milagro del exilio
se renueva.
Viene el fuego
espero su anunciación.
Perro bueno
muy bien
quieto
callado.
Perro con el hocico
que no termina de reventar.
No.
Abajo.
Perro sucio.
¡No!
Perro ciego
de nostalgia
feroz.
¡Quieto!
Perro que se pudre.
Perro que come perro.
Muy bien.
Muerto.
Eso.
Así.
No me molestaría trotar
desnuda
en el campo mientras
la noche florece en mi torso
y el día sigue siendo
el excremento de los rebaños.
No me molestaría mascar
la hierba
y entrar al establo
que no buscaba
que dice mi nombre.
Sería conveniente chillar
después de haber triturado
a mis crías
para evitar el malentendido
y seguir
relinchando
la visión de la ira.
Hermosa, al hueso!
ResponderBorrar