EN EL MITOTE (fragmento)
Para Iván Mata
1
lxs pinches poetes del cerro
se espinan las piernas güeras
y llenas de estrías
puntales pletóricos
en terco desgaste
obscena la vista
ampliando sus sombras en la tierra
escupen las palabras al suelo
que les pican en la garganta
confunden sus posturas
con los mezquites
congregándose alrededor
de un montón de piedras
buscan ciegxs el verso
que les consagre
en los altares
etéreos de la POESÍA
cenizxs y prietxs
llevan el alma periférica arrastrando
remolcando sus cuerpos
en el zacate
y los mezquites
con sus pútridas vainas
como fiambre del cerro
reunides alrededor de la cresta
que corona el aire del llano
en el ápice de una tarde flácida
se llenan la boca de papitas
y adjetivos
e injurias silenciosas y sueños líricos rancios y desolladuras
vivas en el filo del labio
abajo de las nubes mustias
recostándose las penas sobre el pastizal
esperando a que el cerro se alimente de su vómito
esperando hacerse mierda que dé brillo
a los pelos de los cerros
2
configurados en un cerco discontinuo
se apilan
con el cuerpo encazuelado
les monigotes de mueca postiza
murmuran patrañas
pasándose la bachita al ritmo
de una cumbia revoltosa
de la pura lloradera en el bailongo
se pone chillona la tarde
sobre el lomo del cerro
las miradas tornasoles se funden
como un montón abandonado
de malformados mezquites
eran rodeados por los dedos del anochecer
acaso eso era la bohemia
de la que les contaban los libros
esa que prometían los caminos trastornados
y desquiciados del poetx
enjauladxs como psicóticas lumbreras que
no paran de chamuscarse la boca
de perder el sentido metafórico de la llama
que va encendiendo el mezquitero
teórico de su cabeza
lxs poetxs se zarandean entre la mierda de las vacas
y de los chamucos
invocan sin querer espíritus chichimecas
van en procesión bucólica hacia la derrota del día
hacia la caída de las vainas como dientes deformes
vainas que se vuelven féretros de jilgueros
desmembrados, alpiste para el suelo chamuscado en
donde su rastro se adhiere a
la memoria de los vendavales qué se lleva y trae el infortunio
la marea tórrida de accidentes en los que
sus huellas se transfiguran
como ellxs en huesos depurados
por el llano, como cruces oxidadas coronando
los cerros, como almas en pena desfiguradas
en el espacio lírico del silencio perentorio del cerro
donde los muertos con la lengua trabada
se siguen repitiendo las mismas sobras
que sus abuelos les heredaron
ahí, detras de las espinas y los cadillos
lxs poetxs se esconden de la masa
le tienen miedo al ahogo úrbico
a la violencia de las miradas
a la lengua de los críticos y a la punta de la historia
se convierten en combustión
siempre con el cuerpo tímido
haciéndose humaredas
incrustadas en el fondo de la tierra